Las obras de rehabilitación del número 93 del Passeig de Gràcia de Barcelona está llegando a su etapa final. Propiedad de Pontegadea, la inmobiliaria controlada por Amancio Ortega, el cambio más visible del nuevo edificio está en su cumbre: se han añadido dos pisos que conforman un lujoso ático donde no se han escatimado detalles. Y es que el piso se ha hecho a medida de la heredera del imperio Inditex, Marta Ortega. Eso sí, antes que se desenamorara de Barcelona.
Cuando su padre cedió lugar a Pablo Isla en la dirección del grupo, Ortega (la única hija del matrimonio de Amancio con Flora Pérez) empezó a asumir más responsabilidades en la central de Arteixo, en Galícia. Un paso adelante profesional que dejó en agua de borrajas los planes de la amazona de convertirse en una vecina más de Passeig de Gràcia y transeúnte habitual de la parte alta de la Diagonal.
De hecho, en el Real Club de Polo también han visto como sus caballos iban y venían del recinto. Un movimiento a la par de su relación con el jinete Sergio Álvarez, que actualmente reside en los Países Bajos pero que también tenía su papel en este dibujo. Marta Ortega había residido en la Ciudad Condal mientras trabajaba en Bershka, cuya sede central se encuentra en Catalunya, y mantenía un ídilio con el citado jinete.