Los secretos de Paramés, el Warren Buffet europeo
Después de revolucionar el mercado, el inversor desborda salas y auditorios para explicar cómo gestionar el dinero con su libro 'Invirtiendo a largo plazo'
¿Veteranía, inteligencia? «En Bankia no invertimos en la primera salida a bolsa, en julio de 2011, sino en la readmisión en 2013, después del rescate. Nos gustaba el nuevo Consejo de Administración, el equipo gestor y la cantidad elevada de provisiones que habían exigido antes de aceptar el resto de sacar el banco adelante».
Es Francisco García Paramés, (Ferrol, 1963), el hombre más buscado en España por los grandes patrimonios, capaz de generar rentabilidades del 16% durante dos décadas, que ha publicado Invirtiendo a largo plazo (Deusto), y que no deja de llenar salas y auditorios en las que explica sus secretos.
El nombre de la playa de Paramés
El hecho es que el Warren Buffet europeo, como le denominó The Financial Times, rompe los esquemas del perfil de inversor. Los expertos consultados consideran que su secreto se basa en un profundo conocimiento de las empresas en las que invierte, en su idea de «jugar siempre a largo plazo». No especula, y se aleja de lo que no entiende. Y aquella salida a bolsa de Bankia, que tanto ha complicado la vida a inversionistas, al Gobierno, y a todo el sistema económico español, le parecía a Paramés un asunto extraño.
Un obrero de la inversión
Porque, ¿puede haber obreros de la inversión? Ese podría ser el secreto de Paramés, según expertos de fondos. Lo que practica este gallego de nacimiento, y ciudadano global, es el método value (valor), que han teorizado sus maestros, como el propio Buffett, Graham, Neff o Templeton. Y eso implica el largo plazo, y huir de lo inmediato.
O traducido al lenguaje de Paramés, como señala con detalle en el libro: «Estudiamos empresas, no la bolsa. Hay que comprar una acción como si fuéramos a comprar toda la compañía. Si no nos interesa comprar la compañía entera, no nos interesa comprar ni una sola acción», asegura.
Cuando Paramés dejó Bestinver, en 2014, llegó a cobrar unos 20 millones de euros, gestionando un patrimonio de 9.500 millones. ¿Cómo?
Leer, leer, analizar
El inversor insiste en que su gran secreto es «leer», es decir, estudiar a fondo cada realidad, cada negocio, cada empresa. Esa actividad, la de leer, es la que le ven hacer sus hijos –cinco– en su hogar. No únicamente sobre su materia profesional. Es lector apasionado de Proust.
Y la explicación sobre lo que realiza es sencilla: «Les respondo que me dedico a cuidar los ahorros de las personas que confían en nosotros, para que puedan tener tranquilidad en ese aspecto de sus vidas. Les digo que es un trabajo muy agradecido».
Con la elaboración del libro, Paramés considera que ha dejado constancia de todo lo que ha aprendido. Ha vivido los dos últimos años en Londres, esperando la reincorporación al mercado, tras esos dos años en los que se comprometió a cesar su actividad. Y tiene claro algunos principios, que pasan por la escuela austriaca, enamorado de sus enseñanzas. Tanto es así que recomienda, como él mismo hizo de joven, estudiar alemán «si quieres saber de economía», algo curioso, porque otros economistas, como Joaquim Almunia, aseguran que nadie sabe muy bien que defienden los alemanes en el terreno económico, porque ni son monetaristas, o neoclásicos, ni keynesianos.
Cuidado con los tipos de interés tan bajos
El hecho es que Paramés tiene claro, por ejemplo, que los tipos de interés bajos son un mal asunto, y que en la crisis económica que se inició en 2007, con una burbuja inmobiliaria que él –entre otros– sí supo ver –y por eso no invirtió en el sector– «el culpable último es quien rebaja de forma artificial los tipos de interés, o quien facilita el acceso al crédito a personas que no cumplen las condiciones mínimas necesarias».
Estudió en una universidad pública, en la Complutense de Madrid, y en el IESE en Barcelona. Y entró, poco después, en Bestinver. Paramés tiene otras premisas, como la idea de que alguien que analice el mercado, u ofrezca opiniones de compra o venta o gestione capitales es extraño que no se convierta en un accionista de lo que le gusta.
Es decir, el propio Paramés ha comprado acciones de aquello en lo que creía, y ha cometido errores, como relata en el libro, al principio de su carrera profesional con una pequeña inversión a mediados de los 90 en Nissan Motor Ibérica, por ejemplo, después de hacerlo también en firmas como Ence, Tafisa, Cevasa, Inacsa, Tudor o Fasa Renault.
Lejos del Golden boy
¿Inversiones a corto? Nada, completamente descartado. Y, sin tapujos, nada de invertir en compañías que te invitan constantemente a eventos y a los cuales el presidente viaja con un amplio grupo de guardaespaldas. Paramés es discreto, austero. No quiere alharacas. No es, en definitiva, el golden boy del mundo de la inversión.
Pero hace ganar dinero. Ahora, hay que creer en él. Y a eso se dedicará con su nueva gestora.
Paramés ha vuelto, en un momento en el que es difícil tener altas rentabilidades, con los tipos de interés todavía muy por debajo del gusto de los austriacos.