El supervisor andorrano señaló la escasa profesionalización de las cúpulas bancarias
El INAF advirtió de la nula presencia de banqueros tradicionales en las entidades del país, dominadas por auditores, contables y especialistas en inversión
La crisis de Banca Privada de Andorra (BPA) se intuía en el Institut Nacional Andorrà de Finances (INAF) desde hace años, aunque su reacción fue tímida y complaciente con el sector. El organismo regulador del Principado señaló verbalmente a la patronal ABA y al ministro de Finanzas, Jordi Cinca, la escasa presencia de banqueros tradicionales en las entidades del país y advirtió de que la ausencia del perfil profesional podría distorsionar la evolución de la industria.
El currículum que domina en las cúpulas de las entidades indica, transversalmente, formación en auditoría, contabilidad o en inversión. Este tipo de perfiles se ha añadido a los grupos andorranos para completar un modelo de gestión familiar superado. Sin embargo, los clanes financieros del Principado (Cierco, Cerqueda y Ribas) optaron por dejar al margen la contratación de especialistas en banca comercial o de crédito (actividad vital para el negocio).
Faltan profesionales «de prestigio»
En el inicio de la anterior legislatura, en 2011, y a los pocos meses de que Andorra aceptara los protocolos de la OCDE para dejar de ser considerado un paraíso fiscal, el INAF exhortó, en diversos encuentros individuales, a los grupos a que incrementaran la presencia de banqueros «profesionales y de prestigio», según el relato de diferentes fuentes financieras. Desde Andorra, cumpliendo con la tradición, se niegan a confirmar o matizar estas informaciones.
Los temores del regulador no tenían tanto que ver con la comisión de delitos, sino en que la actividad minorista podría verse comprometida si el negocio se escoraba en exceso hacia un modelo de banca privada o de inversión y éste fallaba. Los temores iniciales se han cumplido prácticamente al dedillo. Finalmente, las malas prácticas en la cúpula de BPA, realizadas bajo el amparo de ambas actividades, han puesto al borde del precipicio a los impositores del grupo.
El resultado ha sido el temido, aunque con un origen diferente al contemplado por el INAF.
Vuelve un viejo debate
El debate sobre qué tipo de profesionales bancarios necesita Andorra se ha reabierto cuatro años después no sólo por la crisis derivada de la intervención del grupo de los Cierco, sino también por la búsqueda de un nuevo consejero delegado para Andbank, que será despedido por acabar en la cárcel tras disputas familiares. Extraoficialmente, varios pesos pesados del sector creen que se debería aprovechar el momento para incorporar banqueros tradicionales al seno de las entidades y abrir la veda a la importación de especialistas.
Aunque los avisos, siempre verbales e informales, del INAF en 2011 no fueron a más, la crisis bancaria que vive el país desde hace poco más de mes y medio podría cambiar esta vez las tornas. Andorra precisaría, según coinciden distintas voces, de especialistas contrastados para recuperar la imagen de un sector que copa el 20% del PIB y que, sin embargo, nunca ha tenido jefes con la formación y sensibilidad adecuada para desplegar las actividades más tradicionales del ámbito bancario.