El agujero de las cajas de ahorros ya afecta a las cuentas públicas
Los 21.000 millones usados para cubrir el desfase de las entidades pasan a engrosar el déficit del Estado
El fondo gubernamental FROB ha culminado la transformación en recursos propios, y por tanto en futura deuda pública, del préstamo que España pidió a sus socios internacionales para rescatar las cajas de ahorros quebradas.
El plan del Ministerio de Economía confía a la privatización de esas entidades la devolución de los importes. Si fracasa, la factura final a pagar con impuestos equivaldrá a más de dos puntos de PIB.
Confirmación en el Congreso
El presidente del fondo de rescate, Fernando Restoy, confirmó que el préstamo internacional se ha consolidado en el balance. La conversión ha tapado un agujero de 21.831 millones en el FROB, que hasta ahora permanecía sin solución.
Según la normativa de contabilidad nacional, el rescate bancario sólo afectará al déficit público con la cantidad necesaria para cubrir el desfase patrimonial. Es decir esos 21.831 millones.
Seis meses de trámites
Los trámites legales que han permitido la operación financiera empezaron en verano y han finalizado en enero, coincidiendo con el anuncio del final del rescate al sistema financiero español. El asunto se comunicó oficialmente este miércoles al Congreso.
Los diputados pasaron de puntillas y apenas pidieron información adicional a la ofrecida. El debate se focalizó en la evolución de las participaciones preferentes y en analizar cómo avanza la desinversión en las entidades de crédito intervenidas.
Pérdida de valor
Las participaciones del FROB en ese mismo grupo de cajas –Bankia, CatalunyaCaixa, Novagalicia, Banco de Valencia, CEISS y BMN— generaron en 2012 deterioros de patrimonio equivalentes a -25.205 millones.
La pérdida de valor se produjo como consecuencia de los cálculos de tres expertos independientes, que ajustaron la realidad de cada grupo participado por el FROB en función de la evolución del negocio y a las quitas en las preferentes.
Grupo a grupo
De esta suerte de examen, la que generó menor pérdida de valor en relación con su tamaño fue Bankia (-9.176 millones). Banco de Valencia (en manos ahora de La Caixa) obtuvo la peor nota con el mismo criterio (-5.498 millones).
El resto de entidades arrojaron estos saldos negativos: CatalunyaCaixa, 6.674 millones; CEISS, 525 millones; y BMN, 241 millones.