Crèdit Andorrà se configura como el futuro propietario de BPA
El Gobierno del país pirenaico acelera las conversaciones para integrar el banco intervenido entre el sector con reticencias de algunos accionistas
El presidente de Andorra, Antoni Martí, ha iniciado un proceso preparatorio para que Crèdit Andorrà, el mayor banco del país, absorba Banca Privada d’Andorra (BPA). En el supuesto bando comprador enfrían las posibilidades hasta que las aguas se calmen y descartan cualquier decisión prematura sobre una posible adquisición.
El jefe del Ejecutivo está convencido de que el grupo financiero intervenido no sobrevivirá en solitario a la crisis desatada en su seno tras las graves acusaciones de blanqueo hechas públicas por el Tesoro estadounidense. BPA se enfrenta a multas millonarias que excederían sin contemplaciones los recursos propios, por lo que la entidad, tarde o temprano estaría destinada al troceo y posterior reparto.
El Gobierno maniobra con la seguridad de que una rápida reacción evitará el efecto contagio. «Además –aseguran medios financieros andorranos– existe la voluntad de dar una solución ejemplarizante ante lo sucedido. Andorra tiene que recuperar su prestigio como plaza financiera».
Malas prácticas en más bancos
El Ejecutivo sospecha que las malas prácticas bancarias también se habrían producido en otras dos entidades (los apuntados en el sector son Andbank y Banca Mora) y considera que el sistema financiero está en condiciones de purgar posibles nuevos casos de blanqueo de capitales.
Martí ha ofrecido garantías en Bruselas a sus socios internacionales de que intensificará la actividad inspectora en Andorra y que ordenará el sector. El democristiano se propone no zanjar en falso la mayor crisis financiera de la historia del Principado.
Desde el martes, han sido recurrentes las reuniones entre las estirpes bancarias (los Cerqueda, los Ribas y los Reig, principalmente). Crèdit Andorrà es el único banco en el que confía Martí. Paradójicamente se trata también de la única marca que los Pujol dejaron al margen de sus quehaceres opacos y, según el consenso del sector, el que con más ímpetu se ha adaptado a las directrices de la OCDE para combatir el blanqueo de recursos con origen delictivo.
Dos años de digestión
El tablero que propone Martí pone en juego, en una primera fase, dos fichas. La mayor (Crèdit Andorrà) y la tercera en relevancia (BPA). El grupo de los Cierco dispone de un balance de 3.350 millones que se apoya en unos recursos propios de 220 millones. Sólo 70, sin embargo, son capital líquido.
Las cifras hacen prever que el banco sería incapaz de sobrevivir a una sanción de los EEUU. En Washington están convencidos de que BPA ha lavado «cientos de millones de dólares». Sólo en Venezuela pone en duda 2.000 millones de dólares en transacciones sospechosas. Crèdit Andorrà tiene músculo para absorber el negocio bancario y salvaguardar los depósitos.
«Para digerirla, no obstante, hace falta un mínimo de dos años y alguna garantía adicional», asegura uno de los accionistas del grupo. Una inspección a fondo del negocio de BPA y el cambio de la propiedad tendría una respuesta positiva en el Tesoro estadounidense.
Crèdit Andorrà marca distancias
La entrega de BPA topa con la resistencia de la familia Cierco, que curiosamente, cuenta con el apoyo cerrado de los Cerqueda (dueños de Andbank). El clan propietario del banco intervenido está convencido de que los casos denunciados corresponden a comportamientos individuales y no asistirá al desmantelamiento del negocio sin llevar la situación al límite.
Sólo una sanción definitiva de EEUU les apearía de sus planteamientos. Martí, por su parte, tiene un plan B en la recámara que consiste en traspasar el fondo de comercio y la plantilla a Crèdit Andorrà si no puede ejecutar la venta completa, aunque el banco de destino lo observa todo con distancia y sin comprometerse a nada.
Sólo los fondos propios líquidos (575 millones) del grupo encabezado por Josep Peralba duplican el valor de los activos de BPA y octuplican la posición de tesorería. El último beneficio publicado (2013) roza los 228 millones.
Dicho de otro modo, el saldo excedente de un año en Crèdit Andorrà vale tanto como la actual BPA sin contar que, según las fuentes consultadas, una sanción de EEUU rebajaría un hipotético precio a prácticamente cero.
Martí toma el control de BPA
Ni el Gobierno andorrano ni Crèdit Andorrà quieren hacer comentarios con carácter oficial, pero los funcionarios del Ministerio de Finanzas dan por descontado movimientos en este sentido. Martí ya ha tomado el control del consejo de administración de BPA aunque, por ahora, respeta la propiedad de los Cierco.
El jefe del Ejecutivo espera un pacto con la familia para evitar una actuación en solitario. El tiempo corre en contra, los clientes han retirado, en tres días de crisis, más de seis millones en depósitos.