Caixabank fía a los minoritarios el éxito de la opa sobre BPI
El banco luso decide este viernes si levanta los límites de voto, condición indispensable para que la oferta siga para adelante, y se prevé una votación reñida
Entramos en una semana decisiva para Caixabank y, especialmente, para el futuro de BPI. El banco portugués celebra este viernes 22 de julio la junta en la que debe decidir si levanta los límites de voto, condición sine qua non para que el banco catalán siga para adelante con su opa. Estará ajustado y los minoritarios tendrán la clave.
A mediados de abril, Caixabank, con un 44% de BPI, presentó una opa sobre el 100% del banco portugués. La oferta estaba sujeta al levantamiento de los límites de voto en el consejo, fijados actualmente en el 20%. Por ello, el banco catalán, accionista mayoritario, tiene el mismo poder de voto que el segundo accionista, Santoro, aunque éste tiene menos de la mitad del capital.
Justamente el segundo accionista ha sido el gran azote de Isidro Fainé, ya ex presidente del banco catalán, y de su consejero delegado, Gonzalo Gortázar, en su lucha por controlar BPI. Santoro es propiedad de Isabel dos Santos, hija del presidente de Angola, y tiene algo más del 18,6% de BPI. Además, también controla el Banco BIC, que tiene un 2,3% de la entidad portuguesa.
Con este 20%, Dos Santos ha ejercido una posición de bloqueo, impidiendo la opa de hace un año de Caixabank o la solución propuesta por el banco español para atajar la exposición de BPI a Angola, por lo que se exponía a una multa del Banco Central Europeo. Fue precisamente el veto a esta solución lo que propició la segunda opa de la entidad de La Caixa, que ha paralizado la sanción del BCE.
Un margen del 20%
Este viernes se decide el levantamiento de las limitaciones y los accionistas podrán votar por su peso real en la compañía, sin restricciones. Caixabank se saldrá con la suya si el 66% de las acciones vota a favor de terminar con el veto. Tiene asegurado su 45,3%, por lo que necesita el apoyo de un 20% adicional.
El resto de accionistas de referencia son Isabel dos Santos, con el control de casi el 21%, Allianz, con el 3,4%, y el empresario Tiago Violas Ferreira, con el 2,6%. El resto está en manos de minoritarios.
Sólo uno de los accionistas, Violas Ferreira, ha adelantado el sentido de su voto, negativo para los intereses del banco español. Se presume que el voto de Allianz será positivo, mientras Dos Santos no se ha pronunciado. A pesar de su histórica oposición a las posiciones de Caixabank, en Portugal no se da por hecho que vaya a votar no al levantamiento del veto.
Aun así, viendo el historial de la hija del presidente angoleño en BPI, sí que parece lo más probable. Si así fuera, el no al cambio en los estatutos, que daría portazo a la opa, sumaría casi el 23,5%, con lo que todo quedaría en manos de los minoritarios.
Las dudas de Isabel Dos Santos
Si, al contrario, Dos Santos decidiera votar a favor, Caixabank lo tendría hecho. Fuentes financieras aseguran que, a pesar de que no parece lo más probable, no es tan descabellado: si se frena la opa, BPI quedaría en una situación «ingobernable», con el problema de Angola enquistado y sancionada por el BCE.
Las mismas fuentes apuntan que un no a terminar con los límites de los derechos de voto terminaría con la paciencia de Gortázar, por lo que el banco español podría optar por abandonar el portugués. Sin embargo, en los últimos meses ha ido aumentando su participación, lo que indica que tiene confianza en que la operación termine con éxito.
Buenas perspectivas
Caixabank ya fracasó el año pasado con una opa sobre BPI, precisamente por los derechos de voto. No obstante, ahora las cosas son distintas: el banco catalán tiene mayor peso, el consejo de administración de BPI y el gobierno luso han recomendado terminar con los vetos y el BCE urge una solución por Angola, y la única sobre la mesa la ha puesto el banco español.
Además, si los accionistas mantienen su dirección de voto del año pasado, la medida prosperaría, con lo que la opa seguiría su curso y ya dependería solo de las autorizaciones pendientes y de que, con la oferta, Caixabank logre superar el 50% de las acciones de BPI, algo relativamente sencillo, puesto que ya controla más del 45%.
Cuando lanzó la oferta, a 1,113 euros por acción, el banco español preveía cerrar la operación en el tercer trimestre, pero probablemente este timing sufrirá retrasos y, si sale airosa de la junta extraordinaria del viernes, la opa se alargue hasta el último trimestre.