Sólo el 3,5% de los ingresos de la CCC son cuotas; el 77,5%, dinero público
La caída de las subvenciones ha hundido a la patronal de los comerciantes catalanes en las pérdidas a causa de su gran dependencia de las administraciones
Una patronal es una organización formada por empresas, a las que representa a cambio de una cuota. Sin embargo, el dinero público se ha convertido en el principal sustento de muchas de estas organizaciones, por lo que la crisis ha puesto a más de una en un aprieto. Es el caso de la Confederació de Comerç de Catalunya (CCC), que está al borde del precipicio.
La CCC está en una situación muy comprometida, acuciada por seis ejercicios consecutivos en pérdidas y un agujero de casi 2,6 millones de euros. El drástico descenso de las subvenciones la ha dejado en la miseria, pero no puede culparse sólo a los recortes. La patronal vivía de las subvenciones y, con su retroceso, se ha quedado sin oxígeno, aunque se han dado cuenta tarde.
Las cuotas de los asociados, que a priori deben sostener una patronal, apenas suponen uno de cada 30 euros que entran en las arcas de la CCC, según reflejan sus cuentas de 2015. En dicho ejercicio, la patronal ingresó 2,17 millones de euros, pero los asociados sólo pagaron 75.141, es decir, el 3,5% del total.
¿De qué vive entonces la Confederació de Comerç? De subvenciones. Esa es la principal fuente de financiación de la patronal, con casi ocho de cada diez euros. El año pasado, ingresó 1,68 millones en subvenciones, donaciones y legados, un 77,5% del total. El segundo capítulo, dentro de los ingresos, fueron los patrocinios y colaboraciones, con 252.000 euros.
Subvenciones a la baja
Esta dependencia tan alta de las subvenciones corresponde a un ejercicio, el de 2015, en el que los ingresos provenientes de las administraciones ya habían caído mucho. Sólo un año antes suponían un 84% y en los anteriores el porcentaje era todavía más alto. Por ejemplo, en 2009 la CCC recibió cuatro veces más dinero público que en 2015.
Buena parte de las subvenciones eran para formación. El año pasado, 1,4 millones, entre la Fundación para la Formación Tripartita y los fondos de la Generalitat. Quien gestionaba estas subvenciones era la directora de Formación, Rosa María Serrano, esposa del secretario general, Miquel Àngel Fraile, que ha sido apartada de su cargo junto con su marido.
Muy buenas relaciones con la Generalitat
Las partidas para formación suponen buena parte del dinero público recibido por las patronales, pero hay otras partidas. La CCC recibía cada año subvenciones del Ayuntamiento de Barcelona, la Diputación barcelonesa y sobre todo de la Generalitat, de varias consellerias pero en especial de la de Empresa, que tiene las competencias de comercio.
El año pasado, recibió 75.000 euros de la conselleria de Empresa i Ocupació por su proyecto «Oberts al català«, de fomento del idioma en los comercios. Además, cobró 25.000 euros más de la Agència Catalana de Consum por acciones contra la venta ambulante.
La relación entre la organización y la Generalitat eran muy buenas. Miquel Àngel Fraile era un gran defensor del modelo catalán de horarios comerciales, y dio la cara por ellos cuando estaban en conflicto con la ley española.
La hija de un alto cargo de Mas, en la CCC
Pero tenía una relación especialmente buena con el hasta hace poco director general de Comerç, Josep Maria Recasens. De hecho, su hija trabaja en la Confederació desde 2008, precisamente en el departamento lingüístico, por el que la patronal recibe subvenciones de la conselleria de la que su padre era alto cargo.
Josep Maria Recasens ya ejercía cargos de responsabilidad en el Govern, en el ámbito de Comerç, bajo la presidencia de Pujol y, aunque con el Tripartito perdió peso, en 2011 fue nombrado director general por Artur Mas, cargo que ocupó hasta el pasado mes de febrero. Por tanto, Recasens daba subvenciones a la patronal en la que trabajaba su hija.
Subvenciones de todas partes
Además de las subvenciones de la conselleria de Empresa, la CCC recibe cada año unos 60.000 euros de la conselleria de Cultura también por promoción del catalán y unos 10.000 euros de la de Familia por actividades para la integración de inmigrantes.
Por parte de la Diputación de Barcelona, recibe unos 12.000 euros por actividades de promoción del comercio urbano y de proximidad, y 6.600 euros del Ayuntamiento de Barcelona por las mismas razones.
Economía Digital renunció hace cuatro años a recibir subvenciones públicas, a pesar de tener derecho a ellas.