Mariona Carulla pierde el control del Orfeó y del Palau de la Música
La oposición a la actual directiva trunca los planes de gestión de la presidenta de la institución en la última asamblea extraordinaria
A Mariona Carulla se le acerca una tormenta en la institución cultural, catalanista y burguesa de referencia en Catalunya: el Palau de la Música; saqueada por su predecesor en el cargo, Félix Millet. La presidenta se recupera de la negativa total de los socios del Orfeó Català a implementar sus iniciativas en el último encuentro celebrado. Convocó una asamblea extraordinaria a mediados de marzo y salió del encuentro sin ser capaz de aprobar ninguna de las siete propuestas presentadas. Incluso retiró una de ellas del orden del día al inicio de la sesión.
El vendaval no termina aquí. La oposición a su gestión se empieza a organizar y antes de que termine el año se celebrarán unas elecciones que podrían implicar un cambio en el timón de la institución.
Sistema de elecciones
Carulla pierde el control de la Asociació del Orfeó Català, tal y como indican fuentes cercanas a la presidenta. Sus apoyos son cada vez más limitados y, por ello, ciertos prohombres de Barcelona han regresado a las asambleas para poder ejercer su derecho a voto. Éste es el caso del empresario Leopoldo Rodés, uno de los apoyos más cercanos de Carulla junto al abogado y padre de la Constitución Miquel Roca Junyent.
“No pudimos aprobar unos pequeños cambios burocráticos en los estatutos”, señalaba Carulla hace unas semanas a este medio al ser preguntada por la asamblea extraordinaria. La realidad es que las modificaciones habrían aliviado a la directiva actual en el pulso que ya mantiene con la oposición interna, añaden los mismos interlocutores.
Intentó modificar el régimen electoral y renovar la totalidad de los miembros de la asociación que se sientan en el patronato de la Fundació del Palau de la Música, el verdadero órgano de decisiones de la institución. Renovado, precisamente, poco después de que Carulla asumiera la presidencia con la intención de poner distancia a la etapa en la que Millet y su mano derecha (y también autor confeso del saqueo), Jordi Montull, dirigían el Palau.
Venta de un edificio
En cuanto al punto que retiró del orden del día, la cúpula decidió en el último momento paralizar la venta de dos locales que gestiona la asociación en la calle Sant Pere Més Alt y Sant Pere Mitjà al patronato. Se trataba de una operación de carácter casi interno que, en la práctica, lo que implicaba es que los bienes inmobiliarios pasaban a ser activos de la Fundación.
¿Por qué se no se sometió a votación? Fuentes cercanas a los asociados díscolos indican que la dirección se estaba protegiendo de algún movimiento poco ejemplar con el cambio de propiedad. Otros interlocutores señalan que la documentación que se preparó para la operación era poco ortodoxa y cuando el sector crítico se interesó por la transacción se prefirió dar marcha atrás antes de quedar en evidencia.
La fundación, por encima de la asociación
Los díscolos se muestran especialmente críticos con la decisión de Carulla de quitar poder a la asociación a favor de la fundación; una actitud que aseguran que ya tenía Millet y que le propició que pudiera realizar sus tejemanejes sin ninguna censura u oposición. Eso sí, el patronato que lideraban los saqueadores confesos del Palau está en las antípodas del actual órgano de gestión. La presidenta lo refundó con el visto bueno de los socios del Orfeó Català, en diciembre de 2011.
Con todo, la decisión que más ha enervado al sector crítico ha sido el retraso de hasta cuatro meses en la adhesión de casi medio centenar de nuevos socios en el Orfeó Català. Indican que se trata de una demora intencionada para que el poder de la actual directiva no se diluya aún más en la asociación, ya que las nuevas incorporaciones están más cercanas a las tesis que ellos defienden.
Regeneración por bandera
Bajo la bandera de la regeneración institucional, entre las voces contrarias a la actual directiva se encuentra desde el candidato que se opuso a Carulla en las últimas elecciones al Palau, Enric Enrech, a empresarios cercanos a la organización independentista Cercle Català de Negocis e incluso cuentan con el apoyo de la portavoz de las consultas por el Estado Propio que se organizaron en varios municipios catalanes en 2009, Anna Arqué. La cara más visible de este movimiento, que se empieza a organizar, es la del ex tesorero del Orfeó Català en la etapa final de la gestión de Millet, Pablo Duran.