Los March avisan de nuevo a Florentino
La estrategia de los hermanos Carlos y Juan March deja entrever que Corporación Financiera Alba saldrá de la constructora
Las tensas relaciones entre la familia March –todavía máximos accionistas de ACS— y Florentino Pérez, presidente del grupo constructor y del Real Madrid, han vivido esta semana un nuevo capítulo con otra desinversión. Una más. Y van cinco desde 2009, que han llevado a la Corporación Financiera Alba (CFA) a reducir un 36% su participación en la constructora desde entonces.
Un nuevo aviso de la estrategia emprendida. Da la sensación de que Carlos y Juan –los hermanos mallorquines que se mantienen al frente del imperio familiar– han decidido adentrarse definitivamente en una dinámica creciente de salida programada de la constructora.
Vender poco a poco las acciones es la opción más sutil y también la más beneficiosa y menos traumática para los intereses de CFA, la sociedad con la que los March gestionan sus múltiples inversiones.
Mover de la silla a ‘Floro’
Había otra vía. Pasaba por mover de la silla a Florentino y buscar a alguna persona con la que fuera más fácil alcanzar una interlocución que resultara algo más fructífera. Si no desbancarle de la presidencia, sí al menos colocarle al lado a un consejero delegado. No fue posible. Pero en esas estaba y está Juan March de la Lastra, el delfín –hijo de Carlos y sobrino de Juan– convertido, desde su entrada en la comisión ejecutiva de ACS en 2010, en el único que se atreve a levantar la voz al presidente.
La posibilidad de desplazar a Florentino fue contemplada, pero finalmente descartada. Los hermanos March no quisieron pisar el acelerador en ese sentido, sabedores de los fuertes apoyos con que cuenta Pérez. Con consejeros que, como él, están pillados con grandes compras a crédito. Son unos 2.300 millones de créditos vinculados a acciones de ACS los que, junto a los March, suman Florentino, los Albertos y los Fluxá. Para los March, algo soportable. Para los demás, inviable si no se perciben cada año dividendos con los que hacer frente a los vencimientos de las deudas.
Gestión con Iberdrola
Además de las compras y ventas de autocartera para controlar el precio de la acción de una manera un tanto artificial, detrás de este definitivo desencuentro se halla la gestión llevada a cabo por Florentino en la fallida toma de control de Iberdrola –con aquellos casi 4.700 millones de deuda acumulada en la operación–.
Se saldó el año pasado con fuertes pérdidas para ACS, de casi 2.000 millones de euros, propiciadas por la obligada venta a la baja del 13% del capital de la eléctrica.
Emisión de bonos
Curiosamente, la última desinversión de los March en ACS –la venta de un 1% de su capital por 77 millones de euros, con unas plusvalía bruta de 20,2 millones–, hasta dejar su participación en el 16,3%, ha coincidido esta semana con el cierre, por parte de la constructora, de una emisión de bonos por 720 millones de euros de nominal, canjeable en 125 millones de acciones de Iberdrola que actúan como garantía.
Detrás de esta emisión hay una razón de peso, como es el vencimiento, el 30 de marzo de 2015, del equity swap suscrito por Natixis con ACS. El contrato de financiación sobre el 4,88% de Iberdrola que la banca francesa mantiene con la constructora española a través de instrumentos derivados, y cuyas condiciones fueron endurecidas hace algo más de un año. De hecho, los fondos obtenidos en esta emisión de bonos se van a destinar, en su mayor parte, a cancelar de manera parcial ese contrato. Lo que quede servirá para la financiación de otras operaciones ordinarias.