La Confederació de Comerç sume a sus socios en un apagón informativo

La nueva cúpula de la organización no ha comunicado a los comerciantes catalanes las causas del terremoto en su patronal, ni su situación económica ni las soluciones que se barajan

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Un escueto comunicado de prensa en el que se informaba del cese de Miquel Àngel Fraile como secretario general por «pérdida de confianza» por los números rojos en la Confederació de Comerç de Catalunya (CCC). Esta es toda la comunicación oficial que ha hecho la patronal, sobre la crisis que vive, de cara a la opinión pública… y también a sus socios.
   
La nueva cúpula de la organización trabaja en la difícil tarea de sacarla del agujero en el que está, con pérdidas reiteradas y un patrimonio negativo de 2,6 millones de euros. Pero lo está haciendo de espaldas a sus 317 gremios y 90.000 comerciantes asociados.  

Según han explicado a Economía Digital varias de estas asociaciones, su patronal, encabezada por Maria Rosa Eritja, no se ha puesto en contacto con ellas para explicarles lo que ha pasado. No conocen ni los motivos reales de la salida de Fraile, ni el estado real de sus cuentas ni las soluciones que se barajan para salvar a la CCC.    

Pacto de silencio  

Sólo las asociaciones con presencia en los órganos de gobierno conocen la situación, porque son los que están cocinando la salida de la crisis. El resto siguen recibiendo las circulares habituales, sobre actuaciones ordinarias –tarjetas de fidelización, etc.–, pero no comunicados sobre el estado de la Confederació.    

Como avanzó este medio, la cúpula de la CCC hizo un pacto de silencio de cara a la opinión pública, para llevar este proceso con discreción. El motivo era que temen que, si se hace demasiado ruido, las responsabilidades puedan terminar cayendo sobre los miembros de la ejecutiva, y éstos tengan que responder con su patrimonio personal.  

Lo que es más que cuestionable es que este pacto afecte, con un apagón informativo, a los socios de la patronal, que pagan sus cuotas y son, en definitiva, sus propietarios. Varios se mostraron indignados por este hecho, ya que se están enterando de la situación por los medios de comunicación.
   
Los hombre de Eritja
   
Con este pacto, son apenas una decena de personas las que están cocinando el futuro de la Confederació. La cúpula de la CCC la forman su presidenta y secretaria general, además de jefa de los comerciantes de Lleida, Maria Rosa Eritja, su mujer de confianza, Maria Rosa Armengol, y los vicepresidentes de la organización: los jefes de los comerciantes de Tarragona y les Terres de l’Ebre, Agustí Figueras y Pascual Chacón, y el presidente de Agrupament de Botiguers de Catalunya, Jordi Vilaprinyó.    

Además, forman parte de la ejecutiva y, por tanto, están participando en las reuniones de estas semanas, los representantes de algunos gremios, como el de las cocinas y baños (Josep Gaspar) y el de los carniceros (Xavier Gallifa), o de asociaciones como los mercados municipales (Faustino Mora).    

Este es el núcleo duro de la patronal de los comerciantes catalanes, que están totalmente centrados en resolver la situación, aseguraron a este medio el pasado viernes. Sin embargo, no respondieron sobre el apagón informativo a sus asociados.  
 
Foment y la solución  

Además de esta cúpula, también está al día de los problemas de la CCC la gran patronal catalana, Foment del Treball, a la que la Confederació está adherida. De hecho, la organización que preside Joaquim Gay de Montellà está prestando su apoyo a los comerciantes, aunque con exigencias. Para empezar, con una renegociación del alquiler, ya que la CCC tiene sus oficinas en el edificio de Foment en la Via Laietana de Barcelona.  

La solución en la que está trabajando la Confederació de Comerç pasa por un plan de viabilidad que contempla, además de rebajar el alquiler, renegociar la deuda bancaria, cerrar sus delegaciones y bajar sueldos un 10%. El concurso de acreedores también está sobre la mesa, pero por ahora no se ha presentado.  
 
La CEC mira hacia otro lado  

La que asegura no saber nada es la Confederación Española de Comercio (CEC), pero parece que más por desinterés que por otra cosa. La CCC es una de sus agrupaciones más importantes de la CEC, y Eritja es vicepresidenta de los comerciantes españoles, pero en dicha patronal se escudan en la independencia de las federaciones para no comentar la crisis de la catalana.  
 
Desde la patronal española aseguran que tienen a 19 confederaciones y 49 federaciones, además de una decena de sectoriales adheridas, y la catalana es una más. No obstante, las cifras no dicen lo mismo: la CEC representa a 450.000 comerciantes, de los que 90.000 vienen de la CCC.  
 
La organización que preside Manuel García-Izquierdo Parralo se ha limitado a responder que muchas organizaciones tienen problemas, por la crisis y el recorte de las subvenciones, pero «lamentablemente, la solución no pasa por la CEC».

Xavier Alegret

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