La banca exige a los Ferrer que profesionalicen Freixenet
Las entidades financieras estudian la concesión de un crédito sindicado de 120 millones a los máximos accionistas de la compañía, pero con condiciones
La familia Ferrer ya ha contactado con la banca para conseguir los 120 millones que necesita para comprar el 58% de Freixenet que no controla, como adelantó Economía Digital, y las entidades están dispuestas a concederle un crédito sindicado, pero con condiciones. Los bancos han exigido que se profesionalice la gestión de la compañía y se reduzcan costes, para que la compañía sea más rentable y mejore sus resultados, según han explicado fuentes financieras.
Justamente la gestión de las bodegas y su escaso margen ha sido el germen de la división familiar en el seno de Freixenet. Enrique Hevia, vicepresidente y director financiero, ha sido el principal opositor a la gestión de los Ferrer Noguer y ha conseguido sumar a los Bonet Ferrer a su causa. Por ello, los Hevia y los Bonet han puesto el cartel de se vende al 58% de acciones que suman entre ambas familias, mientras los Ferrer quieren comprar, pero necesitan financiación.
Los Ferrer necesitan 155 millones de euros para hacerse con el resto de acciones, y ya disponen de más de 20 millones, por lo que han contactado con varios bancos para conseguir 120 millones. La operación está en una fase inicial y la banca está estudiando la concesión de un crédito sindicado que tiene visos de prosperar, ya que Freixenet es una gran compañía que factura más de 500 millones, pero tiene que haber cambios.
Un gestor externo
Las condiciones de la banca a los Ferrer tienen básicamente dos patas: la profesionalización de la gestión y la reducción de costes. La cúpula de Freixenet está plagada de directivos con los apellidos Ferrer, Hevia y Bonet, tercera generación de la familia fundadora. La banca quiere terminar con esto y que la compañía busque a ejecutivos externos en el sector capaces de mejorar la gestión.
Esta mejora de la gestión pasaría tanto por lo que respecta al funcionamiento de las instalaciones de Sant Sadurní d’Anoia como por su estrategia internacional. Fuera de España, Freixenet compite con los champanes pero lo hace sin una estrategia coherente, según apuntan fuentes del sector. A pesar de que exporta el 80% de su producción, la caída de ventas en Alemania se llevó por delante buena parte de su beneficio en el último ejercicio.
La banca también considera que Freixenet tiene unos costes demasiado elevados, y que debería racionalizarlos. Este proceso podría pasar por modernizar sus instalaciones y reducir plantilla, algo que los Ferrer han evitado hacer en los últimos años a pesar del descenso de ventas sufrido durante la crisis.
La plantilla pide medidas voluntarias
Una posible reducción de plantilla podría traer conflictos laborales a la compañía. Fuentes del comité de empresa de Freixenet piden a los futuros propietarios de las bodegas que tengan en cuenta que la plantilla «es la cuarta familia» de la compañía, y avisan que se opondrán a soluciones traumáticas.
Como explicó Economía Digital, tanto los trabajadores como algunos alcaldes del Penedès temen que un cambio accionarial en Freixenet comporte despidos, ya que la plantilla de la compañía está algo sobredimensionada. Desde el comité de empresa no quieren ni oír hablar de la entrada de un fondo oportunista, pero al margen de ello, no tienen preferencias, solo piden medidas voluntarias.
«Alfombra roja para quien venga, pero con buenas condiciones», apuntan desde CCOO. Los trabajadores están a favor de la mejora de la gestión de las cavas, incluso si ello comporta una reducción de plantilla, pero tienen sus propias exigencias. Piden que si hay salidas, sean voluntarias y se empiece con prejubilaciones, ya que la media de edad de la compañía es bastante alta.