Henkell firma la compra de Freixenet dos años después
La compañía alemana Henkell termina el culebrón empresarial de los últimos años en Cataluña: compra el 50,7% de Freixenet por 220 millones
Viernes 16 de marzo, Barcelona. Son la fecha y el lugar escogidos para cerrar la venta de Freixenet después de dos años de negociaciones, idas y venidas. El grupo alemán cerrará así la compra del 50,7% del líder del cava por 220 millones de euros, cantidad que se embolsarán la familia Hevia (29%) y tres de los cuatro hermanos Bonet (22%). El anuncio oficial: en los próximos días.
Según informa La Vanguardia, el acuerdo se formalizará por un precio que valorará la empresa catalana en 440 millones de euros, 60 millones menos del lo que se presuponía. Sobre la rebaja, las versiones difieren: si las familias señalan la inestabilidad política catalana, las fuentes consultadas por Economía Digital culpan a las auditorías realizadas y al descarado interés por vender de parte de la saga.
Así, junto a la familia Ferrer (42%) y José Luis Bonet (7%), tres ejecutivos de Henkell aterrizarán en el consejo para gestionar Freixenet. Se ocuparán de la dirección financiera, la comercial y la de producción.
Henkell quería anunciar la compra en la Pro Win 2018, la feria más importante del mundo en el sector del vino
Según las mismas voces, el grupo germano tenía prevista oficializar el acuerdo en la Pro Wein 2018, una de las ferias más importantes del sector vinícola, que comienza el 18 de marzo en Düsseldorf. Un portavoz de la compañía dice a este medio que no puede confirmar o desmentir la información “por motivos de confidencialidad” pero matiza que “se informará de forma inmediata si hay algún cambio”.
Precisamente para evitar filtraciones, el encuentro entre Freixenet y los representantes de Henkell no se realizará en las bodegas del grupo en Sant Sadurní. Los intentos de discreción no sirvieron para nada.
Una firma acordada tras una visita relámpago a Alemania
La firma se producirá el viernes, pero las negociaciones se dejaron atadas el pasado 15 de febrero, cuando Enrique Hevia y Pedro Ferrer viajaron a Wiesbaden, la sede del conglomerado alemán. Un viaje de apenas dos días en el que ambos expresaron los puntos de vista existentes en la compañía: Hevia representó al 50,7% vendedor y Ferrer al 49,3% con que se mantendrá en el accionariado.
Ya la semana pasada Pedro Bonet reconoció a Economía Digital que la venta definitiva estaba cerca.
Las tensiones familiares tumbaron la venta hace dos años
A pesar de no ser boyantes, las relaciones entre las tres familias pasan ahora por un momento mucho más plácido que hace un año, cuando los Hevia apartaron a los Ferrer del mando de la empresa. La maniobra de Enrique Hevia sirvió para convertir la dirección de Pedro Ferrer en un triunvirato formado por ambos y Eudaldo Bonet. No obstante, el apoyo de los Bonet sirvió para alzarlo como presidente ejecutivo y otorgarle el poder real.
Las tensiones también frenaron la venta hace dos años. Los Bonet estaban enfrentados y los Ferrer pugnaban para encontrar la financiación necesaria para comprar el 29% de los Hevia. Ni los descuentos ofrecidos por el resto de la saga catalana sirvieron para que la rama liderada por José Ferrer y su hijo Pedro obtuviera el dinero necesario.