García Prieto desvela cómo enchufaba a sus amigos en cargos públicos
El exorganizador de la Feria de Abril de BCN se defiende de las acusaciones de corrupción confesando nuevas irregularidades
El empresario Francisco García Prieto, que acudirá el próximo lunes a la fiscalía para responder por las cuentas de la Feria de Abril de Barcelona, se ha defendido de las acusaciones de sus ex compañeros organizadores que lo acusan de irregularidades administrativas y desvío de fondos para su enriquecimiento personal.
El empresario, que organizó el evento más concurrido en Catalunya durante 27 años, ha comenzado a defenderse pero de una manera muy peculiar: desvelando nuevas irregularidades. Asegura que los que lo acusan de corrupción tienen mucho que agradecerle por los enchufes que les ha facilitado.
“Miguel Terrino (uno de los acusadores) debería quedarse callado porque yo le conseguí los dos trabajos que tuvo: el primero en la consejería de Bienestar de la Generalitat cuando gobernaba Jordi Pujol (CiU). Y el segundo en el Ayuntamiento de Badalona cuando gobernaba Maite Arqué (PSC)”, explica García Prieto a este medio.
De puesto en puesto
El empresario explica que cuando los socialistas perdieron el Ayuntamiento de Badalona (Barcelona) por medio de la victoria de Xavier García Albiol (PP), Terrino perdió el cargo de confianza y tuvo que regresar a la Generalitat, donde tenía plaza fija.
“Lo metí porque él era portavoz y presidente adjunto. Y nadie le pidió que hiciera una oposición ni nada”, asegura García Prieto. “Además le pagamos con dinero de la feria su operación en una clínica privada que costó 2,3 millones de pesetas”, agrega García Prieto que también asegura que pagó la boda de Terrino con fondos de la fiesta, cuyos ingresos dependen en un 50% de ayudas públicas.
Miguel Terrino ha preferido no hacer ningún pronunciamiento sobre la financiación de su boda y su viaje de novios. “El tiempo pondrá a cada uno en su lugar”, ha asegurado.
“Por ser quien era”
El empresario asegura que los políticos le daban los cargos «por ser quien era”. García Prieto se atribuyó durante muchos años el poder electoral de los inmigrantes andaluces afincados en Catalunya. Hizo creer a los políticos de todo signo (incluidos los del gobierno andaluz y del gobierno central) que si la Feria de Abril no se celebraba por falta de subvenciones, podría producir un enorme descontento en uno de los principales colectivos en Catalunya.
Así recibió subvenciones de hasta 260.000 euros por edición del Ayuntamiento y la Diputación de Barcelona, la Generalitat de Catalunya, el ministerio de Cultura y la Junta de Andalucía.