EEUU acusa de tramposo al grupo VW-Audi, al que pertenece Seat
La principal agencia mediombiental denuncia que el fabricante instalaba en los vehÃculos un sistema que manipulaba la medición de emisiones contaminantes
La principal agencia medioambiental de EEUU (la EPA, por sus siglas en inglés) acusa al grupo Volkswagen de haber hecho trampas durante los controles que miden la polución de los vehículos. A través de un programa informático, los coches eran capaces de detectar cuándo iban a ser sometidos a las pruebas, para activar así el dispositivo que recoge la cantidad de contaminación que emiten. El engaño se producía al mantener apagada esta función mientras el turismo estaba en funcionamiento.
El fabricante, del que forma parte la española SEAT, tendrá ahora que hacer una revisión de 482.000 coches de dos de sus marcas más conocidas, Audi y Volkswagen. En concreto, los modelos sospechosos son las versiones cuatro cilindros de Jetta, Beetle, Audi A3, Golf y Passat –este último, en sus modelos de 2014 y 2015–. Curiosamente, la empresa promocionaba estos vehículos diesel como ecológicos y eficientes.
Las acciones del grupo alemán cayeron este viernes en torno a un 4% tras conocerse la noticia.
Trampas durante 7 años
Las autoridades estadounidenses han informado que el sistema comenzó a instalarse en 2008 y afectaría a vehículos que salieron de fábrica este mismo año. Según los cálculos de la agencia, estos coches contaminan hasta 40 veces más que el límite indicado por la normativa, la Clean Air Act. «Es ilegal y una amenaza para la salud pública», además de una «violación muy seria» de la legislación, ha valorado el regulador.
El fabricante de vehículos podría tener que pagar una multa de hasta 37.500 dólares por turismo, lo que supondría un castigo económico de hasta 18.000 millones de dólares. Sin embargo, la agencia no ha especificado todavía el dinero que reclamarán oficialmente al grupo.
Peligroso óxido nitroso
Según el New York Times, las emisiones encubiertas estarían vinculadas al óxido nitroso NOx, al que se asocian diversos problemas de salud, como son los ataques de asma y otras enfermedades respiratorias.
A pesar de que la denuncia ha partido de la EPA, este agencia está trabajando de manera conjunta con el estado de California y el Departamento de Justicia en la investigación.