Bonet entra al trapo de la venta de Freixenet
El presidente de la cava admite por primera vez que hay una oferta sobre la mesa pero niega discrepancias familiares
El silencio se ha impuesto en Freixenet respecto a la venta de la compañía. Nadie de la compañía ha hablado hasta ahora del tema y después de las últimas filtraciones, han intentado controlar todo lo que sale de las cavas de Sant Sadurní d’Anoia. Pero la compañía ha roto el silencio y ha sido su presidente, José Luis Bonet, quien por primera vez ha admitido la posible venta de las bodegas.
Bonet no ha podido escurrir el bulto en la presentación ante la prensa del salón Alimentaria, que preside. «No creo que sea el momento de hablar de esto», ha apuntado, pero a continuación ha confirmado que la compañía se encuentra en un proceso de venta: «Todo el mundo sabe que hay una oferta, y esto es bueno porque significa que la empresa es interesante, pero hay que esperar a ver qué pasa».
Molesto por las filtraciones
Estos son todos los datos que ha dado el presidente de Freixenet, que no ha confirmado la identidad del posible comprador (la multinacional alemana Henkell) ni los plazos. Se ha limitado a decir que la oferta se estudiaría. Sí que ha respondido, sin embargo, a la información de Economía Digital de este martes, que explicaba la tensión vivida en la junta de accionistas de la compañía.
En el corrillo con periodistas, Bonet ha negado sus gritos en la junta del lunes e incluso que haya malas relaciones entre las familias propietarias de la compañía: los Ferrer Noguer, los Bonet Ferrer y los Hevia Ferrer. Eso sí, preguntado sobre si toda la familia iba a decidir unida sobre la oferta que tienen sobre la mesa, ha preferido no responder.
La familia Hevia Ferrer, encabezada por Enrique Hevia, es la que ha liderado la venta de la empresa a Henkell, mientras los Ferrer Noguer, propietarios del 42% de las acciones, quieren hacer frente a la compañía alemana y quedarse con las bodegas. Los Bonet tienen la llave si se inclinan por vender, algo que todo indica que harán.
Calma tensa
La oferta de Henkell llegó al consejo de Freixenet la semana pasada y ahora se encuentra en stand by, mientras la multinacional realiza una auditoría de las cuentas de la cava catalana para convertir su oferta en vinculante. Los Ferrer, por su parte, están a la expectativa para igualar la propuesta de Henkell, lo que, con el derecho de tanteo, le permitiría hacerse con el 100% de la compañía.
Esta rama familiar, la que tiene más poder en la gestión con Pedro Ferrer como consejero delegado, ha pedido un crédito de entre 120 y 130 millones de euros para igualar la oferta de la compañía alemana. Los Ferrer están trabajando en la obtención de las garantías, aunque están teniendo dificultades ya que la banca les ha rechazado algunos avales.